Tuesday, November 4, 2014

Podemos cambiar un mal recuerdo por uno bueno?



Imagine que tiene usted fobia a las alturas, a los espacios cerrados, a volar en avión, en fin, piense en una incómoda tesitura en la que usted se empieza a poner nervioso, sufre y pierde el control ante la ansiedad y el estrés que le produce esa situación...
Ahora, imagine un futuro (quizá no tan lejano) en el que usted entra en una clínica y en apenas unos minutos los doctores consiguen transformar ese angustioso momento de fobia en una experiencia sosegada y apacible… Cada vez que suba usted a un avión recordará momentos 
entrañables y tranquilos y su fobia habrá desaparecido…
Hace ya algunos años mi buen amigo y gran divulgador Pere Estupinyá me contaba que había estado en un importante congreso neurocientífico y que cuando preguntaba a los investigadores allí invitados sobre cuál era el mejor y más fascinante avance que habían presentado, la gran mayoría de ellos respondía: ¡Optogenética!
Precisamente hace algunos días, en esta misma sección Mentes de Yahoo, hablábamos de cómo científicos del MIT habían conseguido borrar recuerdos en un experimento con ratones. Incluso este mismo departamento de neurociencia del Instituto Tecnológico de Massachusetts había conseguido implantar recuerdos falsos en otro sorprendente experimento… Pero lo que han publicado esta semana en la Revista Nature da un paso más allá puesto que lo que se ha logrado ahora es cambiar un mal recuerdo por uno bueno.
Según Susumu Tonegawa, responsable principal de esta investigación, las memorias de lo que hemos vivido están asociadas a emociones y es posible mantener esos recuerdos pero cambiar los sentimientos unidos a ellos.
Resumiéndolo y simplificándolo para que se entienda más fácilmente: tus recuerdos son almacenados en el hipocampo y los sentimientos que se asocian a esas memorias se codifican en la amígdala. Sin embargo estas dos partes de tu cerebro interno no están aisladas sino conectadas y lo que Tonegawa y su equipo han descubierto es que “podemos cambiar las asociaciones que unen la memoria contextual con sus correspondientes emociones, de negativo a positivo y a la inversa”.
Por supuesto aún no hemos llegado a ese futuro en el que sea posible intercambiar recuerdos malos por buenos y como podéis suponer todas estas incipientes investigaciones se realizan con ratones. Así que entremos a analizar en qué ha consistido este último experimento del MIT.
Los autores del estudio dividieron a los ratones en dos grupos. A uno de ellos se les puso en un habitáculo en donde pudieron cohabitar y entablar relaciones placenteras con hembras, y al segundo grupo por el contrario, se les colocó en otro lugar en el que se le indujeron experiencias negativas mediante descargas eléctricas.
A un grupo se le indujeron recuerdos negativos y al otro positivos
Después los investigadores, mediante técnicas optogenéticas láser, estimularon las neuronas que asociaban la sensación positiva de la compañía de hembras y la negativa de las descargas eléctricas cambiando la emoción asociada a esos recuerdos.
Los resultados fueron sorprendentes: El grupo de ratones que había sido “castigado” con descargas se comportaba cómodamente en su habitáculo mientras que los ratones con refuerzo positivo se mostraban temerosos en su lugar. Los recuerdos originales de ambos grupos de ratones habían sido modificados y las experiencias negativas se asociaban ahora a sentimientos positivos (y viceversa con el segundo grupo).
Quizá algunos de los que leéis este tipo de noticias penséis que pronto veremos cosas tan geniales (o espeluznantes) como las de la película “Incepcion” y que se podrán cambiar, implantar o borrar recuerdos de sujetos como lo hacía el personaje de Cobb en la pantalla. No es así.
Por ahora, y seguramente durante bastante tiempo, la utilidad de este tipo de estudios es la de darnos a conocer algo tan fascinante y fundamental como es el funcionamiento de nuestro cerebro. Por Javier Peláez | Cuaderno de Ciencias 

Interesante ¿verdad? Cuando leí este articulo me pareció que viene como anillo al dedo con respecto a las técnicas alternativas que aplicamos a través de la hipnosis, las regresiones o una técnica sencilla de PNL como las  submodalidades donde solo cambiando el color por blanco y negro logramos cambiar la intensidad de una emoción negativa o al usar la disociación podemos enfrentarnos a algo que nos inspira miedo o tensión para poder asimilar y que esto deje de molestarnos, o simplemente imaginando que baja una luz poderosa del universo de color violeta activa todas las células saludables transmutando todo lo negativo por una nueva forma de vivir, por eso me siento cada día mas orgullosa y satisfecha con las enseñanzas que impartimos en FLICAH y que nuestros estudiantes , coaches o practicantes pueden aprender para ayudar a las personas a sustituir miedos, hábitos, pensamientos y emociones negativos por nuevos conceptos basados en una percepción de la situación o del recuerdo.
Por eso cada vez que comienzo un nuevo grupo de estudiantes me encanta ver la transformación por la que pasan a través del entrenamiento quedando competentes para ayudar a otros a pasar por esta experiencia de transformación y balance.

Dorys Paredes
Certified Hypnosis Instructor ; NLP Instructor






Desde que empezó la cruzada anti-refrescos, por las altas cantidades de azúcar que contienen, muchas empresas han intentado comercializar un producto más saludable que se cuele en los hogares. El agua de coco es uno de esos aspirantes, pero sus supuestas bondades ahora son puestas en duda. 

Aunque en España cada vez vemos más productos relacionados con el coco, el verdadero boom se ha vivido sobre todo en Estados Unidos. Desde cremas para la piel hasta bebidas, pasando por cereales o aceites cuasi milagrosos. Esta oferta de artículos ha crecido un 800% entre 2008 y 2012. La explosión se ha producido a la vez que los norteamericanos se han ido preocupado más y más por lo que comen.
Muchos aseguran que el agua de coco, además de saciar nuestra sed y endulzarnos, es capaz de ser más beneficiosa que las llamadas bebidas energéticas. La marca estadounidense Vita Coco asegura que su producto tiene “hasta 15 veces más electrolitos que las bebidas deportivas”, un eslogan que ha triunfado tanto que, aunque dicha marca no se vende en España, no es raro encontrarla en máquinas expendedoras de bebidas que se encuentran en muchos de nuestros gimnasios. 

Por no hablar de los foros de Internet de corredores o de aficionados a la musculación y el body building. En muchas de estas páginas se recomienda fervientemente el consumo de agua de coco porque en teoría ayuda a recuperarnos.
 Pero en 2011, una demanda obligó a Vita Coco a cambiar de frase, porque se demostró que era engañosa.
No es tan beneficiosa como la pintan
Lilian Cheung, director de promoción de la salud en la escuala de Salud Pública de la universidad de Harvard asegura que el agua de coco no tiene más electrolitos que una bebida 
deportiva corriente. Sí que posee potasio y menos azúcar que éstas, pero no es milagrosa. Además, según asegura, para aquellos deportistas que suelen sudar mucho cuando entrenan es más recomendable beber Gatorade o similares, ya que tienen más sodio que el coco. Y para el común de los mortales, Cheung recomienda beber agua y luego comer frutas o verduras, como naranjas o espinacas, porque así es más fácil recuperar los electrolitos perdidos. 

Pero los supuestos beneficios para los deportistas no son los únicos que tiene esta bebida. En 2005, el gurú estadounidense de la comida sana Joseph Mercola aseguró que el aceite de coco “reducía el colesterol” y que consumirlo “ayudaba a todos aquellos que tuvieran problemas cardiacos”. Una vez más, estas ideas están equivocadas. Según el profesor de Harvard y experto en salud cardiovascular Frank Sacks, el aceite de coco es rico en grasas monosaturadas y por lo tanto puede subir los niveles de colesterol, al contrario que lo que hace el aceite de oliva. 



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