Monday, November 24, 2014

La gratitud es un estado Mental – ¿Y porque tenemos que dar gracias?



La gratitud es un estado Mental ...
¿Y porque tenemos que dar gracias?
Si no puedes encontrar en tu situación algún aspecto que puedas agradecer, entonces enfócate en los buenos días que te esperan y agradécelos por anticipado”
Nick Vujicic
By Marlit Child
La gratitud es un estado mental y se origina en el hecho de realmente apreciar lo que ya tienes y ser agradecido por ello. Si realmente puedes apreciar tu vida y todo en ella y ser agradecido, serás más propenso a estar satisfecho y feliz y como consecuencia en un futuro atraerás lo mismo o mejor aún mejores cosas.
Para aquellas personas que han permanecido en un entorno lleno de tristeza, duelo, celos o envidia, la gratitud puede ser muy difícil de encontrar. En algunas instancias lamentablemente la vida nos ha puesto en situaciones no tan favorables, quizás hemos sufrido una enfermedad o pérdida de un ser querido, una perdida material, o cualquier tipo de calamidad la cual nos pone en una posición lejos del agradecimiento y satisfacción. Es entendible que cuando hemos sido condicionados a pensar que todo lo anterior es normal, puede ser muy difícil de cambiar nuestras creencias  y desaprendernos de esta manera de pensar.
Al principio el camino a la gratitud puede ser extremadamente difícil de encontrar, sobretodo cosas por la cual estar agradecidos para ello te voy a dar un ejercicio muy efectivo para aprender a sentirnos agradecidos:
Comienza con un cuaderno o diario y tenlo al lado de tu cama o escritorio, cada noche o mañana escribe aunque sea una única razón por la cual te sientes agradecido y feliz. Puede ser algo que te haya ocurrido recientemente durante ese mismo día. Envés de enfocarte en cosas materiales piensa en cosas sencillas tal como “Qué bueno que hoy no choque en el camino al trabajo”, o “Que bueno que tengo este trabajo, el cual me da una vida cómoda”

También te puedes dar gracias a todas aquellas personas que han contribuido de una u otra manera a tu más reciente comida- los granjeros, los empacadores, los obreros en el supermercado, los cajeros y muchos otros más. A medida que llenas tu cuaderno día a día, podrás físicamente palpar todas tus bendiciones y cosas por la cual te sientes feliz y agradecido. Si por algún motivo un día te sientes triste decaído y desventajado solo basta que mires tu cuaderno para recordarte todas las cosas que en algún momento te han hecho sentir feliz y dichoso en el transcurso de tus días.



A medida que más te sumerges en el mundo de la gratitud, llegara un momento en el que entenderás de que esta vida es un regalo y que siempre hay algo de lo cual estar agradecido. Aunque a veces las cosas no nos salgan de la manera en que deseamos y estemos pasando por una mala situación, aun nos podemos sentir agradecidos por el crecimiento y lección que esa situación  nos dejara. Una vez que este estado mental es alcanzado es muy diferente a esa actitud negativa “Pobre de mí, porque siempre me tienen que ocurrir estas cosas” en la cual nos hacemos pasar por víctimas y sentimos que el mundo fue hecho para agredirnos.

Practicando la gratitud eventualmente entenderemos que algunos eventos en la vida son buenos algunos desagradables, y lo más importante es aprender de ellos. Así que hazte la promesa de practicar más la gratitud pues los beneficios no te defraudaran; recuerda que cuando practicas la gratitud ya no gastas más tu tiempo y energía en celos, resentimiento, rabia o amargura; al contrario  canalizas toda tú energía en amor, paz, y tolerancia y felicidad.
                 Feliz dia de accion de gracias




Wednesday, November 19, 2014

Es Saludable Desconectarse


En el lenguaje popular utilizamos la palabra “desconectar” para indicar que necesitamos olvidarnos de las preocupaciones y de las tareas cotidianas, que necesitamos liberarnos del estrés. Entonces podemos adoptar diferentes estrategias, desde dar un paseo en la naturaleza hasta tomarnos unas vacaciones cortas, ir al gimnasio, escuchar música o darnos un baño relajante.

Sin embargo, más allá de la estrategia que adoptemos conscientemente, lo cierto es que contamos con una suerte de mecanismo automático de desconexión que nos permite “desconectar el cerebro” cuando estamos demasiado agotados. Gracias a este sistema nuestro cerebro se toma unas pequeñas vacaciones cuando las necesita, por decirlo de una manera sencilla. Es decir, no espera a que nos demos cuenta de que necesitamos tomarnos un respiro sino que se desconecta él mismo de la realidad. Lo hace de diferentes formas, como por ejemplo, creando una sensación de embotamiento que nos impide concentrarnos y trabajar, obligándonos así a dedicarnos a otras tareas que consuman menos recursos cognitivos.

De hecho, hace poco investigadores de la Universidad de Wisconsin descubrieron que algunas células nerviosas del cerebro se desconectan brevemente. Estas neuronas entran en un estado similar al del sueño, sobre todo cuando estamos inmersos en una actividad que no demanda su competencia. Mientras tanto, el resto de las neuronas permanecen activas. A esta desconexión se le denominó "sueño focalizado".

Ahora Andrew F. Leuchter, profesor de la Universidad de California, ha realizado un descubrimiento muy interesante: las personas con depresión tienen problemas para desconectar su cerebro. Para llegar a estas conclusiones reclutó a 121 voluntarios, todos con un diagnóstico de depresión mayor, y evaluó la sincronización de sus ondas cerebrales y la conexión entre las diferentes áreas del cerebro.

Así descubrió que estas personas tienen una mayor actividad e interconexión entre las áreas cerebrales en reposo. Dicho de esta forma podría parecer algo ventajoso pero no lo es porque esto significa que son muy propensas a tener ideas rumiativas y que su cerebro no reconoce el momento en el cual está demasiado saturado por lo que no se “desconecta” de manera automática.

Específicamente, halló que las áreas límbicas y corticales, cuyo trabajo concertado nos permite procesar las emociones, se intercambian mensajes constantemente, mostrando una actividad mayor que la que se aprecia en las personas sanas. En práctica, el cerebro de las personas deprimidas sería incapaz de controlar el trabajo común entre algunas de sus áreas por lo que no podría desconectar aquellas que no son necesarias. Como resultado, la persona deprimida se mantiene en un círculo vicioso de pensamientos recurrentes del cual le resulta muy difícil salir.

La buena noticia es que es posible salir de este círculo vicioso. Existen técnicas para combatir la depresió que poco a poco irán reeducando tu cerebro. El cambio es gradual y se necesita mucho esfuerzo pero el resultado final merece la pena.

Se han realizado estudios con TEP (Tomografía por Emisión de Positrones) que demuestran que en nuestro cerebro se activan los mismos circuitos neuronales, en las mismas zonas del encéfalo, cuando imaginamos intensamente algo concreto (p.ej. escribir nuestro nombre con un lápiz), que cuando lo realizamos en la realidad.
¿Quiere decir esto que podemos engañar a nuestro cerebro para sentir lo que nos propongamos? ¿Cómo reaccionas o qué acontecimientos fisiológicos provocan las fantasías sexuales en nuestro cuerpo? ¿Qué ocurre cuando de repente pienso en algo muy divertido, como el recuerdo de un chiste? 

Probablemente acabe riéndome, incluso si voy caminando por la calle. Pero en la realidad no hay nada ni nadie, es sólo un recuerdo. 
En este sentido también puede ocurrir lo contrario; pensar en algo triste y someter a nuestro cuerpo a un estado de llanto (de tristeza), o incluso de bajada (pérdida) de energía, que puede afectar involuntariamente a nuestro sistema inmunitario. 
Hay una rama de la ciencia, la Psiconeuroinmunología, que expone lo siguiente: el pensamiento y la palabra son una forma de energía vital que tienen la capacidad (y ha sido demostrado de forma sostenible) de interactuar con el organismo y producir cambios físicos muy profundos.


Existen estudios y tratamientos como la Hipnosis Clínica que puede cambiar los hábitos de personas con desórdenes alimenticios, sobrepeso, tabaquismo, etc, que indican cambios en las ondas cerebrales, debidos a desequilibrios neuroquímicos. A estas alturas de esta era de informacion parece estar claro que la experiencia altera la química cerebral (con el uso de pastillas) o incluso al propio cerebro.
Bibliografía/recopilacion :http://www.rinconpsicologia.com/


Tuesday, November 4, 2014

Podemos cambiar un mal recuerdo por uno bueno?



Imagine que tiene usted fobia a las alturas, a los espacios cerrados, a volar en avión, en fin, piense en una incómoda tesitura en la que usted se empieza a poner nervioso, sufre y pierde el control ante la ansiedad y el estrés que le produce esa situación...
Ahora, imagine un futuro (quizá no tan lejano) en el que usted entra en una clínica y en apenas unos minutos los doctores consiguen transformar ese angustioso momento de fobia en una experiencia sosegada y apacible… Cada vez que suba usted a un avión recordará momentos 
entrañables y tranquilos y su fobia habrá desaparecido…
Hace ya algunos años mi buen amigo y gran divulgador Pere Estupinyá me contaba que había estado en un importante congreso neurocientífico y que cuando preguntaba a los investigadores allí invitados sobre cuál era el mejor y más fascinante avance que habían presentado, la gran mayoría de ellos respondía: ¡Optogenética!
Precisamente hace algunos días, en esta misma sección Mentes de Yahoo, hablábamos de cómo científicos del MIT habían conseguido borrar recuerdos en un experimento con ratones. Incluso este mismo departamento de neurociencia del Instituto Tecnológico de Massachusetts había conseguido implantar recuerdos falsos en otro sorprendente experimento… Pero lo que han publicado esta semana en la Revista Nature da un paso más allá puesto que lo que se ha logrado ahora es cambiar un mal recuerdo por uno bueno.
Según Susumu Tonegawa, responsable principal de esta investigación, las memorias de lo que hemos vivido están asociadas a emociones y es posible mantener esos recuerdos pero cambiar los sentimientos unidos a ellos.
Resumiéndolo y simplificándolo para que se entienda más fácilmente: tus recuerdos son almacenados en el hipocampo y los sentimientos que se asocian a esas memorias se codifican en la amígdala. Sin embargo estas dos partes de tu cerebro interno no están aisladas sino conectadas y lo que Tonegawa y su equipo han descubierto es que “podemos cambiar las asociaciones que unen la memoria contextual con sus correspondientes emociones, de negativo a positivo y a la inversa”.
Por supuesto aún no hemos llegado a ese futuro en el que sea posible intercambiar recuerdos malos por buenos y como podéis suponer todas estas incipientes investigaciones se realizan con ratones. Así que entremos a analizar en qué ha consistido este último experimento del MIT.
Los autores del estudio dividieron a los ratones en dos grupos. A uno de ellos se les puso en un habitáculo en donde pudieron cohabitar y entablar relaciones placenteras con hembras, y al segundo grupo por el contrario, se les colocó en otro lugar en el que se le indujeron experiencias negativas mediante descargas eléctricas.
A un grupo se le indujeron recuerdos negativos y al otro positivos
Después los investigadores, mediante técnicas optogenéticas láser, estimularon las neuronas que asociaban la sensación positiva de la compañía de hembras y la negativa de las descargas eléctricas cambiando la emoción asociada a esos recuerdos.
Los resultados fueron sorprendentes: El grupo de ratones que había sido “castigado” con descargas se comportaba cómodamente en su habitáculo mientras que los ratones con refuerzo positivo se mostraban temerosos en su lugar. Los recuerdos originales de ambos grupos de ratones habían sido modificados y las experiencias negativas se asociaban ahora a sentimientos positivos (y viceversa con el segundo grupo).
Quizá algunos de los que leéis este tipo de noticias penséis que pronto veremos cosas tan geniales (o espeluznantes) como las de la película “Incepcion” y que se podrán cambiar, implantar o borrar recuerdos de sujetos como lo hacía el personaje de Cobb en la pantalla. No es así.
Por ahora, y seguramente durante bastante tiempo, la utilidad de este tipo de estudios es la de darnos a conocer algo tan fascinante y fundamental como es el funcionamiento de nuestro cerebro. Por Javier Peláez | Cuaderno de Ciencias 

Interesante ¿verdad? Cuando leí este articulo me pareció que viene como anillo al dedo con respecto a las técnicas alternativas que aplicamos a través de la hipnosis, las regresiones o una técnica sencilla de PNL como las  submodalidades donde solo cambiando el color por blanco y negro logramos cambiar la intensidad de una emoción negativa o al usar la disociación podemos enfrentarnos a algo que nos inspira miedo o tensión para poder asimilar y que esto deje de molestarnos, o simplemente imaginando que baja una luz poderosa del universo de color violeta activa todas las células saludables transmutando todo lo negativo por una nueva forma de vivir, por eso me siento cada día mas orgullosa y satisfecha con las enseñanzas que impartimos en FLICAH y que nuestros estudiantes , coaches o practicantes pueden aprender para ayudar a las personas a sustituir miedos, hábitos, pensamientos y emociones negativos por nuevos conceptos basados en una percepción de la situación o del recuerdo.
Por eso cada vez que comienzo un nuevo grupo de estudiantes me encanta ver la transformación por la que pasan a través del entrenamiento quedando competentes para ayudar a otros a pasar por esta experiencia de transformación y balance.

Dorys Paredes
Certified Hypnosis Instructor ; NLP Instructor






Desde que empezó la cruzada anti-refrescos, por las altas cantidades de azúcar que contienen, muchas empresas han intentado comercializar un producto más saludable que se cuele en los hogares. El agua de coco es uno de esos aspirantes, pero sus supuestas bondades ahora son puestas en duda. 

Aunque en España cada vez vemos más productos relacionados con el coco, el verdadero boom se ha vivido sobre todo en Estados Unidos. Desde cremas para la piel hasta bebidas, pasando por cereales o aceites cuasi milagrosos. Esta oferta de artículos ha crecido un 800% entre 2008 y 2012. La explosión se ha producido a la vez que los norteamericanos se han ido preocupado más y más por lo que comen.
Muchos aseguran que el agua de coco, además de saciar nuestra sed y endulzarnos, es capaz de ser más beneficiosa que las llamadas bebidas energéticas. La marca estadounidense Vita Coco asegura que su producto tiene “hasta 15 veces más electrolitos que las bebidas deportivas”, un eslogan que ha triunfado tanto que, aunque dicha marca no se vende en España, no es raro encontrarla en máquinas expendedoras de bebidas que se encuentran en muchos de nuestros gimnasios. 

Por no hablar de los foros de Internet de corredores o de aficionados a la musculación y el body building. En muchas de estas páginas se recomienda fervientemente el consumo de agua de coco porque en teoría ayuda a recuperarnos.
 Pero en 2011, una demanda obligó a Vita Coco a cambiar de frase, porque se demostró que era engañosa.
No es tan beneficiosa como la pintan
Lilian Cheung, director de promoción de la salud en la escuala de Salud Pública de la universidad de Harvard asegura que el agua de coco no tiene más electrolitos que una bebida 
deportiva corriente. Sí que posee potasio y menos azúcar que éstas, pero no es milagrosa. Además, según asegura, para aquellos deportistas que suelen sudar mucho cuando entrenan es más recomendable beber Gatorade o similares, ya que tienen más sodio que el coco. Y para el común de los mortales, Cheung recomienda beber agua y luego comer frutas o verduras, como naranjas o espinacas, porque así es más fácil recuperar los electrolitos perdidos. 

Pero los supuestos beneficios para los deportistas no son los únicos que tiene esta bebida. En 2005, el gurú estadounidense de la comida sana Joseph Mercola aseguró que el aceite de coco “reducía el colesterol” y que consumirlo “ayudaba a todos aquellos que tuvieran problemas cardiacos”. Una vez más, estas ideas están equivocadas. Según el profesor de Harvard y experto en salud cardiovascular Frank Sacks, el aceite de coco es rico en grasas monosaturadas y por lo tanto puede subir los niveles de colesterol, al contrario que lo que hace el aceite de oliva.