Tuesday, October 7, 2014

Amor de mis Amores

A propósito de la película mexicana que se exhibe en cartelera, nos gustaría reflexionar sobre el matrimonio.

En la cinta se plantea que una pareja de jóvenes se conoce de manera fortuita y surge entre ellos el “amor a primera vista”; lo complejo de la historia es que este chico y esta chica están por contraer matrimonio en una semana -pero con parejas distintas- .
La película que se anuncia como comedia romántica, pudiera parecer más una tragedia, porque si está retratando lo que sucede en la sociedad mexicana con las jóvenes parejas que pretenden contraer matrimonio se entiende muy fácil por qué estadísticamente una de cada cuatro se divorcia.

El matrimonio supone un proyecto de vida que inicia con dos, las parejas suelen pasar mucho tiempo planeando el día de la boda pero ¿y el matrimonio? Ese que debe durar toda la vida ¿no merecería una planeación acorde a su subsistencia?  

Para echar buenas raíces es imperante que los jóvenes novios sepan ¿para qué se casan?, ¿Qué los lleva a iniciar esta vida en común? ¿Cómo ven su futura relación matrimonial a corto, mediano y largo plazo?, ¿Qué objetivos buscan y en qué valores los basan?, ¿Le darán un lugar a Dios quienes se hayan casado por la Iglesia?, ¿Saben comunicarse lo que más les gusta o disgusta?, ¿Qué tanto han platicado los problemas que se les podrían presentar?….porque no queremos ser negativos pero los van a tener, todas las parejas los tienen… ¿Saben perdonar?

Si creemos que el matrimonio es el cimiento para la familia,  que necesario es que la pareja esté arraigada en valores profundos, cuanto más profundos mejor podrán sortear los temporales que acechen la vida en común.

El amor es la condición indispensable si queremos tener un buen matrimonio, el problema hoy día es que muchos no tienen idea de lo que es el amor, a menudo lo confunden con la atracción, el “sentir bonito”, el interés, la conveniencia y vaya que el amor ¡es mucho más!, en primer lugar exige de cada uno la elección libre, porque quien ama se entrega totalmente para vivir en fidelidad y dispuestos a ser fecundos para formar una nueva familia.

Dejarse amar es muy fácil, pero saber amar no lo es; porque el verbo implica acción, un acto de la voluntad, a amar se aprende amando así en gerundio, una acción que dura toda la vida y que se practica con la misma persona, a quien escogimos como el amor de nuestra vida.

En la película pareciera que es la inercia la que lleva a tres de las cuatro personas a casarse y no el amor, unos se dejan amar, otros se utilizan, no hay conciencia plena del paso que van a dar.

Muchas parejas conviven antes del matrimonio como si ya lo fueran al menos en términos de la intimidad sexual, algunas parejas incluso han mantenido este tipo de relaciones con más de una persona con lo cual, van saboteado lo que será su futuro pues la entrega total no existe, tan sólo lo que queda de ella o migajas quizá, lo que nunca es suficiente para cimentar sobre roca dicha institución.

Alguna parejas fundan su futuro matrimonio en lo bien que se llevan en la cama, pero olvidan plantearse preguntas fundamentales sobre la familia que formarán tales como ¿Queremos tener hijos?, ¿Si no los podemos concebir, adoptaríamos?  ¿Si tenemos un hijo con alguna discapacidad lo enfrentaríamos juntos?, ¿Estamos consientes como pareja que la educación de los hijos es asunto de los dos? 

La familia de procedencia, los amigos y el dinero son otros temas que crean muchos conflictos en la pareja. ¿Cuál será la base de convivencia con la familia? ¿Qué vamos a compartir con los amigos? y hay que hablar del dinero ¿Cómo lo vamos a administrar? ¿Cuáles serán las  prioridades para gastarlo? ¿Fomentaremos el ahorro para hacerle frente a las adversidades?

El trabajo y la diversión ¿qué lugar ocupan en nuestra relación? En fin, las preguntas no acaban…

Si queremos familias sólidas, hay que transmitirles a los jóvenes que hay que trabajar por el  proyecto de vida que iremos ajustando conforme a la evolución de nuestro matrimonio, nuestra propia personalidad, el crecimiento mutuo y las circunstancias concretas que estemos enfrentando pero la esencia del proyecto –nuestra felicidad- es lo que mantendrá el rumbo hasta la meta.


Escrito por: Ivette Laviada







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